El Manchester United dio un golpe de autoridad en San Mamés y se llevó una ventaja muy importante para el partido de vuelta de las semifinales de la UEFA Europa League. Con tres goles en la primera mitad y una segunda parte controlada con inteligencia, los ingleses dejaron muy tocado a un Athletic Club que soñaba con disputar la final en casa. La tarea para los vascos será casi imposible en Old Trafford, donde necesitarán algo más que un milagro.
Desde el pitazo inicial, el partido ofreció emociones fuertes. San Mamés estaba a tope, la afición del Athletic empujaba y el equipo de Valverde buscaba marcar el ritmo. Pero el United se mostró sereno, sin ceder ante la presión, y fue creciendo con el paso de los minutos hasta romper el encuentro en un tramo corto pero muy efectivo.
Un Athletic Valiente, Pero Sin Premio
El Athletic Club apostó desde el inicio por una propuesta ofensiva, con Maroan Sannadi como referencia y Berenguer como enganche en ausencia de Sancet. El inicio fue prometedor para los locales, que intentaron meter al United en su área. Berenguer obligó a Onana a intervenir desde fuera del área, e Iñaki Williams tuvo una buena oportunidad con un cabezazo que se fue alto.
A pesar del empuje, la defensa inglesa resistió y cuando el United logró encontrar espacios, mostró una eficacia brutal. La más clara para el Athletic llegó con un remate de Berenguer en el minuto 18 que fue despejado en la línea por Lindelöf. Fue un momento que pudo cambiar el rumbo, pero el United aguantó.
San Mamés mantenía el aliento, confiando en que el gol llegaría. Pero el que golpeó fue el visitante. A partir de ese momento, todo empezó a torcerse para el equipo local, que no volvió a recuperar el control del partido.
La Ráfaga Del United Que Lo Cambió Todo
El Manchester United rompió el partido en apenas dos minutos. En el 30’, un centro de Maguire desde la banda derecha fue prolongado por Ugarte, y Casemiro apareció en el área para cabecear a la red. El gol fue un golpe duro para el Athletic, que no tuvo tiempo de reaccionar.
Apenas dos minutos después, una jugada con polémica incluida terminó en penalti para el United. El árbitro fue al VAR y sancionó la acción como falta de Vivian sobre Højlund. Además del penalti, el central fue expulsado, lo que dejó al Athletic con diez. Bruno Fernandes ejecutó con calma y firmó el 0-2.
Ya con superioridad numérica, los ingleses cerraron la primera parte con otro gol. De nuevo Bruno Fernandes, justo antes del descanso, hizo el tercero y prácticamente sentenció la eliminatoria. El Athletic quedó aturdido, sin respuestas y con la sensación de que la noche se les había escapado de las manos.
Una Segunda Parte Con la Mente en la Vuelta
Con el marcador tan favorable, el United bajó el ritmo en la segunda mitad. Supo administrar la ventaja sin correr riesgos innecesarios. Incluso pudo ampliar la diferencia en un par de ocasiones, como el cabezazo de Casemiro al palo tras un córner en el minuto 64. Mazraoui también rozó el cuarto en la primera parte con un disparo al larguero.
El Athletic, por su parte, intentó contener daños. Jugó con dignidad, aunque se notó el desgaste físico y anímico. En inferioridad numérica, las llegadas fueron escasas y más por orgullo que por convicción. En los minutos finales, el equipo vasco se acercó al área rival, pero sin profundidad ni claridad.
Los de Valverde no dejaron de luchar, pero sabían que el daño ya estaba hecho. La derrota por tres goles complica seriamente el objetivo de volver a San Mamés para la final del 21 de mayo. Tendrán que hacer una hazaña en Old Trafford si quieren mantener ese sueño vivo.
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El Desafío Para El Athletic Y la Calma Del United
Lo que parecía una semifinal abierta terminó con un marcador muy duro para el Athletic. La expulsión y el penalti fueron claves, pero también lo fue la contundencia de un United que supo aprovechar cada oportunidad. El equipo inglés no sólo ganó, sino que impuso su ritmo y se mostró superior en los momentos importantes.
Ahora, la eliminatoria está muy inclinada. El Athletic necesitará al menos tres goles en Old Trafford para empatar la serie, algo que no será nada fácil ante un equipo que no ha perdido en toda la competición. La presión, además, puede jugar en contra, ya que la ilusión de disputar una final europea en casa pesa mucho.
Para el United, la misión es clara: mantener la ventaja. No necesita salir a arriesgar, solo debe repetir la seriedad mostrada en San Mamés. Si lo hace, estará en la gran final, con muchas posibilidades de cerrar la temporada levantando un título europeo más.
