Bologna sigue construyendo una temporada para recordar. Este martes selló su pase a la gran final de la Copa Italia tras vencer 2-1 a Empoli en el partido de vuelta y quedarse con la serie por un contundente 5-1 en el global. En medio de ese buen momento, un nombre que comienza a ganarse un lugar es el de Benjamín Domínguez, el joven extremo argentino que disputó todo el segundo tiempo y dejó una grata impresión.
Domínguez: Energía Y Frescura Por la Banda
El técnico Vincenzo Italiano decidió apostar por Domínguez para los últimos 45 minutos, y el argentino no tardó en justificar esa decisión. Su presencia por el sector izquierdo renovó el ataque de Bologna, con desbordes constantes y velocidad que complicaron a la defensa rival. Aunque no logró convertir, sí estuvo cerca: en una jugada individual recortó hacia el centro y sacó un remate que rozó el travesaño.
Su desempeño no solo sumó en lo ofensivo, sino que permitió al equipo mantener el control del partido cuando Empoli había empatado momentáneamente. Domínguez, recientemente convocado a la Selección Argentina, sigue mostrando motivos para que lo sigan de cerca tanto en el club como en la Albiceleste.
Además de su trabajo individual, su aparición en un momento clave también habla del proceso de adaptación que está viviendo con madurez. En un equipo con aspiraciones altas, estos minutos en partidos definitorios son una oportunidad de oro que el ex Gimnasia de La Plata está sabiendo aprovechar.
Un Equipo Sólido Que Vuelve a Hacer Historia
La clasificación de Bologna no fue casualidad. El equipo fue superior en ambos partidos de la serie ante Empoli y lo demostró también en números: controló el balón durante el 67% del tiempo y generó más situaciones de peligro. En el partido de vuelta, abrió el marcador con un tanto de Giovanni Fabbian a los siete minutos, pero Empoli respondió a los 33 con un gol de Viktor Kovalenko.
Lejos de dejarse llevar por el nerviosismo, los locales mantuvieron la calma y encontraron el 2-1 definitivo a cinco del final, gracias a un cabezazo de Thijs Dallinga. Ese tanto cerró un cruce que tuvo poco suspenso, sobre todo después del 3-0 obtenido en la ida, el pasado 1 de abril.
El triunfo también se construyó desde lo defensivo. A pesar de que Jhon Lucumí, central colombiano, fue protagonista involuntario en el gol del empate parcial, tuvo un partido correcto hasta su salida al entretiempo. La solidez colectiva ha sido una de las claves del Bologna en esta temporada.
Una Final Con Sabor a Revancha Y Oportunidad Histórica
Bologna no alcanzaba una final de Copa Italia desde 1974. Aquella vez, levantó su segundo trofeo de esta competencia. Desde entonces, pasaron más de cinco décadas sin volver a ese escenario. Esta vez, el equipo de Italiano tiene la oportunidad de cambiar esa historia, nada menos que frente al Milan, el 14 de mayo en el estadio Olímpico de Roma.
El rival no será sencillo. Los rossoneri llegan a la final después de dejar en el camino al Inter con un contundente 3-0 en la vuelta, con dos goles de Luka Jović y otro de Tijjani Reijnders. Aunque su presente en la Serie A no es el mejor —ocupan el noveno puesto—, un título local podría salvar una temporada irregular.
Para Bologna, la historia es distinta. Cuarto en la liga y con posibilidades reales de clasificar a la próxima Champions League, vive uno de sus mejores años en décadas. Ya enfrentó a rivales importantes como el Inter y el Napoli con buenos resultados y ahora quiere cerrar este ciclo con un título que coronaría el gran trabajo del plantel y cuerpo técnico.
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Proyección Para Lo Que Viene
Más allá del resultado de la final, Bologna está dejando una huella clara. Su estilo de juego, protagonismo con la pelota y equilibrio en todas las líneas lo convirtieron en uno de los equipos más sólidos de Italia esta temporada. Jugadores como Domínguez, Dallinga o Fabbian representan la renovación de un club que está apostando por jóvenes con talento y mentalidad.
El crecimiento individual de varios de sus futbolistas también puede tener impacto en sus selecciones. En el caso del argentino Domínguez, la posibilidad de mantenerse en el radar de Lionel Scaloni se fortalece con actuaciones como la del martes. Si sigue sumando minutos en partidos importantes, su lugar en futuras convocatorias puede volverse habitual.
Mientras tanto, Bologna ya se prepara para su cita en Roma. El 14 de mayo será una jornada especial, no solo por el trofeo en juego, sino por lo que representa para un club que quiere volver a ser protagonista en el fútbol italiano. En un año lleno de buenas noticias, la final de la Copa Italia es una oportunidad que nadie quiere dejar pasar.
