El fútbol suele ser impredecible y en el Parque de los Príncipes quedó demostrado una vez más. El PSG llevó la iniciativa, acumuló oportunidades y se adueñó del balón, pero terminó cayendo ante un Liverpool que supo resistir y golpear cuando más lo necesitaba. Harvey Elliott, con un gol en los minutos finales, silenció a los parisinos y dejó la eliminatoria cuesta arriba para los dirigidos por Luis Enrique.
Un Asedio Sin Recompensa
Desde el arranque, el PSG mostró su intención de imponer condiciones. Con un ritmo intenso y una presión constante, ahogó al Liverpool en su propio campo, evitando que los ingleses pudieran salir con claridad. Ousmane Dembélé fue un dolor de cabeza por la banda derecha, generando las primeras ocasiones de peligro. Un centro suyo terminó en un gol anulado a Kvaratskhelia por fuera de juego, un aviso de lo que vendría.
La tónica del partido se mantuvo en el primer tiempo: dominio absoluto de los locales, con llegadas constantes al área rival. Bradley Barcola tuvo una oportunidad clarísima, pero su disparo en el área chica se fue desviado. Kylian Mbappé, bien cubierto, no tuvo tanto protagonismo, pero aun así exigió a Alisson en varias ocasiones. El guardameta brasileño comenzó a convertirse en figura, sacando disparos que parecían imposibles.
El Liverpool, en cambio, no encontraba soluciones. Mohamed Salah estuvo desaparecido, bien neutralizado por Nuno Mendes, y el equipo apenas pudo acercarse a la portería de Gianluigi Donnarumma. La única buena noticia para los visitantes era que el marcador seguía en cero.
Alisson, El Muro Que Frustró Al PSG
En la segunda mitad, el guion no cambió. El PSG siguió atacando con insistencia, mientras que el Liverpool se dedicó a resistir. Luis Enrique movió el banco para refrescar el ataque, dándole minutos a Désiré Doué, Gonçalo Ramos y Zaïre-Emery, pero la historia seguía siendo la misma: el PSG llegaba, pero no concretaba.
Kvaratskhelia probó suerte con un tiro libre al minuto 60, pero otra vez apareció Alisson con una atajada espectacular. El arquero sumó más de diez paradas a lo largo del partido, frustrando una y otra vez a los delanteros del PSG. Parecía que el gol de los locales era cuestión de tiempo, pero la pelota simplemente no quería entrar.
El Liverpool se aferraba a su portero, esperando una oportunidad para hacer daño. Durante más de 80 minutos, solo había logrado un remate al arco, algo impensado para un equipo acostumbrado a ser protagonista.
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Elliott Castiga Y El Liverpool Se Lleva la Victoria
Cuando el partido parecía destinado al empate, el Liverpool encontró su momento. Arne Slot decidió sacar del campo a un apagado Salah y darle ingreso a Harvey Elliott. Solo unos minutos después, el joven inglés aprovechó un pase de Darwin Núñez para marcar el 0-1 con un disparo imparable. El PSG, que había hecho todo para ganar, se encontraba de repente en desventaja en los minutos finales.
El golpe fue durísimo para los parisinos. Tras 27 remates y un sinfín de ocasiones desperdiciadas, veían cómo su rival se llevaba la victoria con un solo disparo a puerta en todo el partido. Luis Enrique y sus jugadores no podían creerlo, pero el fútbol es así de cruel.
El PSG había hecho méritos para ganar, pero terminó con las manos vacías. La falta de eficacia y la gran actuación de Alisson marcaron la diferencia en un partido que tuvo un solo dominador en el juego, pero no en el resultado. Ahora, los parisinos tendrán que viajar a Anfield con la obligación de remontar si quieren seguir con vida en la Champions League.
El Liverpool, por su parte, celebra una victoria que lo deja con ventaja para la vuelta. No fue su mejor partido, pero supo aprovechar su única oportunidad. Anfield será el escenario de la definición, donde el PSG buscará revancha y los ingleses tratarán de completar la tarea.
