Los Knicks de New York se niegan a rendirse. Con una actuación inspirada de Jalen Brunson y la valentía de Karl-Anthony Towns, Nueva York logró una victoria por 111-94 sobre los Pacers de Indiana en el Juego 5 de las Finales de la Conferencia Este. El triunfo no solo alarga la serie, sino que reaviva el sueño de una remontada histórica para los del Madison Square Garden.
Frente a una afición que no dejó de alentar desde el salto inicial hasta el último segundo, los Knicks mostraron su mejor versión en ambos lados de la cancha. Con defensa intensa, efectividad ofensiva y un ambiente eléctrico en casa, le cortaron a Indiana su racha de seis victorias consecutivas fuera de casa. Ahora, con la serie 3-2 a favor de los Pacers, la serie se traslada de nuevo a Indianápolis con todo por decidir.
Brunson Toma El Mando Desde El Arranque
Jalen Brunson volvió a ser la figura que los Knicks necesitaban en el momento justo. Tras ser superado por Tyrese Haliburton en el cuarto juego, el base respondió con autoridad y liderazgo. Anotó 14 puntos solo en el primer cuarto, dándole a Nueva York una ventaja temprana de 27-23 y, más importante aún, un ritmo ofensivo que marcaría el tono del resto del encuentro.
El base neoyorquino terminó la noche con 32 puntos, registrando su vigésimo partido de postemporada con al menos 30 unidades, lo que lo convierte en el jugador con más partidos de este tipo en la historia de la franquicia. Su influencia no fue solo en la anotación, sino también en la calma con la que condujo a su equipo, especialmente en momentos en los que los Pacers intentaban reaccionar.
En la segunda mitad, Brunson salió del vestidor con la misma energía, sumando los primeros ocho puntos del tercer cuarto y ampliando la ventaja a 20 puntos. Incluso cuando Indiana acortó distancias a la mitad, volvió a aparecer con una jugada de cuatro puntos que impulsó un parcial de 12-0, cerrando virtualmente el partido.
Towns, Entrega Total a Pesar de la Lesión
Karl-Anthony Towns fue la otra gran historia de la noche. Cuestionado para jugar tras una contusión en la rodilla izquierda sufrida en el partido anterior, el ala-pívot dominicano no solo fue titular, sino que tuvo una actuación de alto impacto. Anotó 24 puntos y atrapó 13 rebotes, demostrando carácter, resistencia y compromiso con el equipo.
Durante el segundo cuarto, cuando Brunson se fue en blanco, fue Towns quien tomó el relevo en la ofensiva. Anotó 12 puntos en ese período, manteniendo la ventaja de los Knicks y reafirmando su papel como pieza clave. Su lucha bajo los tableros, combinada con su inteligencia para ubicarse en las jugadas, fue fundamental para frenar a unos Pacers que no encontraron respuestas en la pintura.
Más allá de las estadísticas, su entrega física y emocional fue un mensaje para sus compañeros y la afición. El Garden se levantó en varias ocasiones para aplaudirlo, sabiendo que estaba jugando con dolor y que estaba dejando todo en la cancha.
La Defensa, la Gran Diferencia
Uno de los factores decisivos del partido fue el cambio radical en la defensa de los Knicks. Después de permitir 43 puntos en el primer cuarto del Juego 4, esta vez dejaron a Indiana en solo 45 puntos durante toda la primera mitad. Tyrese Haliburton, que venía de firmar un triple-doble, fue limitado a ocho puntos y seis asistencias, muy por debajo de su rendimiento habitual.
Nueva York se mostró más agresivo en las ayudas, cerró bien los espacios en transición y forzó a los Pacers a tomar tiros incómodos. El resultado fue un bajo 40,5% de efectividad de campo para Indiana, su peor porcentaje en toda la postemporada. Además, la presión constante generó errores que los Knicks capitalizaron con transiciones rápidas y canastas clave.
La conexión entre la intensidad defensiva y la energía del público fue notable. Cada tapón, robo o rebote defensivo era celebrado como un triple, y esa retroalimentación constante empujó al equipo a mantener la concentración durante todo el juego.
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— Betcris (@Betcris) May 21, 2025
¿Un Milagro Posible en Nueva York?
Con esta victoria, los Knicks siguen con vida en una serie que comenzó cuesta arriba. Aunque ningún equipo ha remontado unas Finales de Conferencia tras perder los dos primeros partidos en casa, la historia está para romperse, y Nueva York está decidido a intentarlo. El grito de «¡Knicks en 7!» retumbó en el Garden como un mantra, una declaración de intenciones.
La próxima cita será en Indianápolis, donde los Pacers intentarán cerrar la serie ante su público. Pero ahora tienen la presión de un rival que ha demostrado carácter, profundidad y un base estrella en su mejor nivel.
Nueva York todavía tiene que ganar dos partidos más, pero el impulso está de su lado. Brunson está inspirado, Towns comprometido, y la afición más ilusionada que nunca. La serie sigue abierta, y los Knicks, por ahora, se niegan a despedirse.
